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sábado, 18 de octubre de 2014

Robalete veraniego

En esta ocasión os cuento lo sucedido este verano un día cualquiera, de esos que no sabe uno muy bien donde ir, bien por las algas, las mareas o bien porque no se esté dando el pescado en algún sitio conocido. Uno de  esos días inciertos en los que el tiempo no está bueno para casi nada con el agua medio achocolatada debido al viento de NW, viento que deja las aguas en Huelva bastante feas.

Ante este panorama decidí ir a pescar a la playa del coto Doñana, un paraje de incalculable belleza y valor natural, en el cual uno puede relajarse hasta tal punto de no ver a nadie en todo el día, apenas los 4x4 de la guardería y poco más. El silencio solo es roto en algunas ocasiones por los correlimos en su ir y venir por la orilla, o bien por cualquier habitante de la zona. Un lugar recomendable 100% para relajarse e intentar hacerse con alguna corvina, chova o lubina.

Pues bien al lío, al ser una zona en la cual la pesca nocturna está prohibida, decidí meterme bien tempranito y pegarme andando un ratito hasta ver una gola o algo que llamase mi atención y me dijera que sería un buen puesto. Lamentablemente el paseo se convirtió en una huida en toda regla de trasmallos, ya que estaba abarrotado. Anduve casi una hora hasta que llegué a una zona aparentemente libre de ellos, Justo delante de uno de los chozos de pescadores que allí habitan, tras charlar con el, me confirma que no hay trasmallo y que hasta las 7 o las 8 de la tarde no iría a echarlo, así que me dispuse a montar. Tras un ratito pescando este "señor" se acercó amistosamente a compartir una cervecita bien fresquita, a la cual no pude decir no. Tras unos minutos charlando y discutiendo sobre los mejores vientos allí para la pesca, una de las cañas, la que tenía más cerquita lanzada, da una buena picada y dejó el hilo en banda, pensé en una dorada, pero tras clavar sabía ya bien lo que era, se dejó venir a la orilla, para ya ahí meterse en una gola y hacerse fuerte, tras unas idas y venidas  pude sacar esta preciosa lubina, la cual no me esperaba ni mucho menos, ya bien entrado el verano, pero que sin duda me dió una buena alegría ya que ese día fuí a ver que salía.



Tras las felicitaciones del pescador, me dispuse a encarnar un nuevo cebo, no pasaron dos minutos, voy a lanzar de nuevo y veo que este señor ya no estaba, miro a la derecha buscándolo y veo como a toda prisa amarra la barca al 4x4 y se tira al agua, no me lo podía creer, me estaba calando el trasmallo  a 50 metros de mis cañas.




 ¡¡¡INCREIBLE!!! no sin antes, llamar a los del chozo siguiente que salieron rápidamente ha hacer lo propio.  Total al regresar de hacer la faena se metió en su chozo sin mediar palabra ni gesto alguno. 







Bufff, pues nada señores a recoger bártulos tras apenas dos horas de pesca y pegarme otra caminata de una hora con los cuernos bien retorcidos, menos mal que los coletazos de la lubina aún viva en la nevera me iban alegrando el paso.



ç
  Respeto 0 el de este colectivo con los demás usuarios de la playa, y la vista bien gorda  de las autoridades que me fuí encontrando por el camino de regreso y fuí informando de lo sucedido.
(Seprona y Agentes de Medio Ambiente).

En fin, un poco enfadado por lo sucedido me despido hasta la próxima, saludos...