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lunes, 13 de abril de 2015

¿Spinning? 5 buenas razones para disfrutar.

Todo empezó como cualquier día de  pesca , con una paradita  para tomar un café con el que espabilarme. En esta ocasión la jornada de pesca iría dirigida a buscar la lubina a spinning, ya que el agua no se había movido todo lo que a mí me gusta. Había escuchado rumores de que estaban entrando algunas caballas, y si el rumor era cierto había que intentarlo, ya que si había caballas, podía haber "caballos".

 Nada más llegar monté la caña de spinning con un Gekito jig de 30 gramos para intentar ganar algunos metros de lance por el fuerte viento que soplaba, el cual me dificultaba la pesca con otro tipo de señuelos.
Gekito Jig 30 gr, potera Owner ST-46 , pulpito Prohunter 2.5"
Pasaban los minutos dando cañazos y no obtenía mucho resultado, habría que esperar a que empezara a caer la tarde para ver como la gente de mi alrededor empezaba a sacar algunas bailas de pequeño tamaño con los pepones, un rudimentario señuelo compuesto de una cabeza plomada y un pequeño tubo de silicona hueco por dentro, muy arraigado en la costa onubense.

Tras unos minutos sin suerte y mientras caía el jig le metieron mano, no llegó al suelo, pero después de unos buenos tirones cortó el hilo (posiblemente una chova de pequeño tamaño).

Cambio de bajo y  decido meter un vinilo a ver si consigo engañar algún róbalo A los pocos minutos  el primer pez quedó prendido del anzuelo, dando una preciosa pelea teniendo que levantarlo a pulso por las piedras. Tras ver que había bajo el agua lo que andaba buscando, me sitúo en una piedra más cercana al agua y empiezo a machacar con varios tipos de vinilos, sin duda los señuelos que más pescado me están dando. 

La actividad fue frenética durante una media hora, en la que las picadas de róbalos y bailas se sucedían, soltando todas las bailas y muchos robalitos que eran cortos de talla, pero de vez en cuando alguno bueno se colaba y así, uno tras otro pude cuajar  una buena percha de róbalos. 

Fueron en total una quincena de piezas, de las cuales solo las 5 mejores fueron para casa. En estos días de tanta actividad es importante disfrutar con cabeza, y no dejarnos llevar por el afán de llenar el saco como algunas veces he visto, incluso con peces de poca talla.





La pesca es así, a veces los buscas con esfuerzo y no das con ellos, y otras veces se te meten bajo los pies y te ofrecen una jornada difícil de olvidar con innumerables picadas. 

Sin duda disfruté de una jornada para el recuerdo, y como la suerte es del que la busca y no del que la encuentra,  me despido deseando poder de nuevo estar pronto al pié del cañón para ver que me depara la próxima salida. Un saludo a tod@s.

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